Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. Albert Einstein (1879-1955)

viernes, 25 de febrero de 2011

Tutti mi vogliono male perché sono piccolo e nero...


Efectivamente, es Calimero.  El desafortunado pollito antropomorfizado de plumaje negro, con la mitad de su cascarón sobre la cabeza, es un niño de teta comparado con políticos, periodistas y opinantes de la Región de Murcia. Cuando el concepto de crítica se limita a tirarse al suelo berreando de forma irracional porque “mamá estado” no nos compra la piruleta, bien, lo que se dice bien, no vamos. ¿Dónde quedó el concepto de autocrítica? No, no puede ser. Calimero no puede comerse dos docenas de huevos Kinder, siete bolsas de ositos Haribo (Haribo macht kinder froh…), una rueda de doscientas unidades de Chupa Chups de fresa y nata y hasta las grapadoras de las oficinas de la fábrica de golosinas Vidal y ponerse ñoño porque no hay piruleta. Lo serio es reconocer el empacho por gula. Pero no, parece ser más fácil lloriquear y, entre gimoteos, refunfuñar: Tutti mi vogliono male perché sono piccolo e nero...
Que grandes y blancos son catalanes, madrileños, andaluces, asturianos, canarios, extremeños, gallegos y baleares. Quizá ¿más serios en las cuentas? Otro motivo para la duda.

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